Llamando a todos los Literarios: este mes temático vamos a
dedicarlo enteramente a los CUENTOS DE HADAS. Con motivo del estreno de Hansel
& Gretel en las pantallas cinematográficas, Literaria ha decidido montarse
en la máquina del tiempo y revisitar los orígenes del amor a los libros.
Porque... ¿quién no ha leído una fábula, un cuento, una fantasía de princesitas
cuando éramos pequeños?
Vamos a conocer cuentos antiguos, a deleitarnos con portadas
fabulosas, a repasar retellings modernos, a participar en encuestas y juegos. Y
todo porque, en el fondo, somos unos cuentistas ;o).
Empezamos con estas historias que pierden su origen en las
remotas nieblas del tiempo. A caballo entre leyendas y relatos folklóricos,
esta forma de arte oral ha ido evolucionando conforme al tiempo y las culturas.
No fue hasta que Madame d'Aulnoy, una escritora francesa cuyo salón literario
causó furor en 1690 en París, acuñó el término Contes des Fées que los cuentos de hadas se bautizaron con la forma
en que han pasado a la historia.
¿Son de verdad aptos para niños? Al principio, su audiencia
era adulta, pero su vínculo con los niños se fue solidificando a partir de la
publicación de los Cuentos de los niños
y el hogar de los hermanos Grimm. En la
época victoriana, se persiguió con ahínco el efecto pedagógico, aniquilando sin
pudor todas las referencias más escabrosas y las advertencias intrínsecas, a lo que Disney ha contribuido alegremente.
Elementos que algunos psicólogos han
criticado por eliminar el proceso de catarsis que supone exteriorizar los
procesos infantiles del terror, además de evitar que los adultos puedan
alcanzar una resolución mediante el desenlace del cuento.
Curiosamente, no siempre aparecen las hadas en estos cuentos,
pero siempre abundan la magia, los animales parlantes y los elementos fantásticos. Incluso
Tolkien manifestó que el término hada debía
excluirse para definir los cuentos y relegarse a aquéllos en los que se
describiesen las aventuras humanas en tierras de Faërie.
¿Cuán antiguos son los cuentos? Se conocen desde el Antiguo
Egipto, por ejemplo, la Historia de los
dos hermanos. En la Antigua Roma, se celebran las historias de Apuleyo, como
Cupido y Psique. No podemos
olvidarnos de las exóticas fábulas
indias, o la famosa recopilación árabe Las
mil y una noches. Fueron los griegos quienes ayudaron a la expansión de los
cuentos gracias a las fábulas de Esopo.
Los cuentos de hadas predominan en las colecciones medievales
como Los cuentos de Canterbury de Geofrey Chaucer, las obras teatrales de William Shakespeare y el poema épico del
Renacimiento llamado The Faerie Queene
de Edmund Spenser.
Vivieron un resurgimiento entre los franceses de clase alta
del siglo XVII, quienes preservaron las versiones más antiguas de los cuentos
al tiempo que otorgaban un efecto literario. La bella durmiente y Cenicienta
asentaron sus raíces gracias a las colecciones de Straparola, Basile y Perrault, éste último famoso por sus atemperadas versiones de Caperucita Roja y El Gato con Botas.
Los hermanos Grimm comenzaron con la sagrada misión de
preservar los originales cuentos de hadas de puro origen alemán. Sin embargo,
no lograron salvarse de la contaminación de otras influencias (de las que
renegaban) y de la manipulación en publicaciones posteriores a la primera.
Inspiraron, en cambio, a que muchos otros recopiladores buscaran y mantuvieran
con vida los cuentos que poco a poco han ido llegando hasta nosotros.
Hans Christian Andersen fue un escritor y dramaturgo danés
que buscaba establecer su carrera con novelas y obras de teatro. Aunque no
tenía gran fe en sus cuentos, fueron ellos los que le catapultaron a la fama y
la inmortalidad. Algunos títulos, indelebles de la memoria popular, son El patito feo, La princesa y el guisante, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, La sirenita, El traje nuevo del emperador o La reina de las nieves.
En la actualidad, los cuentos han servido a motivaciones que
buscan comunicar un mensaje cultural o psicológico. Desde las protagonistas que
no necesitan ser salvadas a los giros cómicos para sorprender. Se han multiplicado las visiones que responden a la nueva mentalidad que, sin embargo, gira incombustible sobre los ejes eternos de los estereotipos. Por supuesto, la psique busca también encarnar los instintos básicos en forma de alternativas más terrenales como los relatos erotizantes.
En la era de la comunicación visual, el cine y la televisión
debían caer rendidos ante el poder atávico de los cuentos de hadas. Tenemos múltiples ejemplos como el que ha dado pie a este mes temático: Hansel & Gretel y su casita de chocolate.
Y nos gustaría acabar con una nota nacional. En los pasados
premios Goya, el ganador del premio al mejor guión original por Blancanieves, quiso
dedicarlo a los padres y madres que todas las noches cuentan cuentos a sus hijos.
Sin duda, un homenaje hermoso y una lección para todos. Plantar la semilla del
amor a los libros es el primer paso de una relación para toda la vida.
¿Somos cuentistas, Literarios?
Si, yo soy muy cuentista jejeje, me encantan los libros de hadas, los cuentos y demás.
ResponderEliminarUn beso
Las primeras lecturas de todos nosotros han sido esos cuentos. Gracias a ellos nos interesamos por la lectura. Incluso ellos han ayudado a inspirar a muchos de los escritores que amamos hoy en día.
ResponderEliminarMe ha encantado esa entrada.
Un beso :)
Una entrada preciosa! Gracias!
ResponderEliminarY no, no soy demasiado "cuentista" pero sí que me gustan mucho los "retelling" tan de moda últimamente... :D Me gusta eso de darle giros a lo tradicional. :D
A mí de pequeña me encantaban, y aunque ahora tengo un gran recuerdo y mucho cariño hacia esos cuentos, no me apetece nada ponerme a leerlos jajaja creo que ya se han quedado un poco atrás, y que leerlos tal vez cambiaría ese recuerdo tan bonito que tengo de ellos, porque probablemente los analizaría más y disfrutaría menos. No, no me animo a volver a los cuentos, me quedo en lo juvenil/adulto de momento. Y con los retelling igual, aún no he leído ninguno de los que se han publicado. No me llaman la atención...
ResponderEliminarLo dicho, ¡amor a los cuentos sí! pero en mi memoria ;)
Sí, soy una cuentista XD
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada porque me encantan los cuentos populares y los "retelling".
De pequeña, mi madre me contaba cuentos y me compraba recopilatorios de cuentos populares para que yo misma los leyera y siempre he tenido esa aficción por el género. Ahora de mayor, siento curiosidad por aquellos libros que narran la verdadera historia de esos cuentos populares que fueron edulcorados para los niños y me resulta interesante conocer la versión original XD.
En cuanto a los retelling, también disfruto mucho con ellos, aunque la pega es que, al conocer la historia de antemno, me resultan previsibles. Aún así, seguiré leyéndolos XD
Saludos
Wow, ha estado genial la entrada!
ResponderEliminarSiempre me he querido leer "The Canterbury tales" y los cuentos originales de los hermanos Grimm. Vi un libro que los recogía pero era bastante austero y me gustaría encontrar uno con una bonita edición, ¿sugerencias? GRacias!
Esther.